jueves, 16 de noviembre de 2006

LLEGADA A LA CIUDAD

Cuando uno llega a ciudad KarKomA lo primero que ha de hacer es dirigirse a la posada de la esquina, y no lo digo por señalar, es su nombre. Cierto es que está en una esquina pero no llaman así por eso, como me contaría mas tarde Néstor, sino porque se haya en la confluencia de varias corrientes temporales y azarosas que cruzan el umbral de la materia y que no podemos ver.

Allí entré y tome asiento en una mesa solitaria estudiando ávidamente la variopinta muchedumbre que contenía. No creerías lo que vi. Hombres, mujeres y otros seres que aunque humanoides lejos se hallaban de poder ser catalogados como hombres.

Néstor, el posadero, se acercó a mi y me sirvió un poco de vino caliente y especiado, especialidad de la casa, en una copa de brillante cristal bedano. De seguida percato mi calidad de forastero y sentándose junto a mi me explicó.

KarKomA es una ciudad vagabunda, dijo, solo los que vagabundean llegan a ella. Búscala, persíguela pero jamás la encontraras. Despístate un segundo y estarás dentro de ella. Es la forma en que el mundo grita. Una manifestación del caos y la variedad que el hombre a frenado con su naturaleza, esa que le impulsa a adaptar todo a su conveniencia. Nunca sabes cuanto tiempo permanecerás en ella, pero si eres listo y aplicado aprenderás a encontrarla cada vez mas rápido. Visítala, explórala, aprende de ella. Aquí hallaras respuestas que no encontrarías en ningún otro sitio, conocerás gente de una sabiduría sin igual y, si eres paciente, también descubrirás retazos del pasado y el futuro de tu mundo. Bienvenido hermano a la ciudad. No te metas en líos y sacarás provecho de todo esto. Y recuerda que mi posada cuenta con el mejor vino de la ciudad.

Néstor se levantó riendo de buena gana y me dejó pensando en lo que me había dicho para atender a su variopinta clientela.

Así fue la primera de muchas conversaciones que he mantenido con el posadero.





Nefando





 

No hay comentarios: